¿Cómo diferenciar la alergia y la intolerancia a la lactosa?
Es muy importante hacer la diferencia entre una intolerancia alimentaria y una alergia alimentaria. La intolerancia a la lactosa es un estado que puede afectar la salud y el estilo de vida de las personas que lo padecen.
La alergia alimentaria es un enfermedad mediada por un mecanismo inmunológico (generalmente mediada por IgE) y que tiene un potencial que puede amenazar la vida si llegan a causar reacciones graves, como anafilaxia.
¿Qué es anafilaxia? básicamente es una reacción alérgica grave que puede poner en riesgo la vida. Puede ocurrir en cuestión de segundos o minutos de exposición a alimentos o sustancias a las que eres susceptible. Se caracterizada por presión arterial baja repentinamente y las vías respiratorias se estrechan, lo que impide la respiración).
Por lo general, la intolerancia a la lactosa se debe a la escasez de una enzima que se produce en el intestino delgado (la lactasa). Una persona puede tener niveles bajos de lactasa y aún así ser capaz de digerir productos lácteos.
Sin embargo, si los niveles son muy bajos, se produce la intolerancia a la lactosa, y los síntomas comenzarán a aparecer después de ingerir productos lácteos.
Generalmente es algo muy frecuente, que afecta de un 60-70% de la población. Se puede presentar a cualquier edad y se puede presentar con uno o más de los siguientes síntomas:
- Dolor abdominal
- Diarrea, náuseas, flatulencia
- Distensión abdominal, tras la ingesta de alimentos que contienen lactosa.
Alergia a la leche
En este caso es una reacción por un mecanismo inmunológico, el cual va dirigido principalmente contra el componente proteico de la leche.
Es una de las alergias alimentarias más comunes de la infancia, generalmente suele iniciar en los primeros meses de edad en niños, tanto alimentados con fórmula, cómo alimentados con el seno materno.
Esto sucede si la madre ingiere leche o alimentos con alto contenido de productos derivados de la leche, puede transferir estas proteínas cuando le da pecho a su hijo.
¿Existe la alergia a la leche materna?
Por lo general, la leche materna humana no causa reacciones alérgicas en los bebés lactantes, pero algunas veces, las mamás se preocupan de que sus bebés puedan ser alérgicos a algo que ellas coman.
De hecho, solo dos o tres de cada mil bebés que son alimentados exclusivamente con leche materna muestran una reacción alérgica y eso es más a menudo a causa de la leche de vaca en la dieta de la madre.
Por ejemplo cuando una mamá con cansancio extremo que en busca de energía quiera comer alimentos con alto nivel calórico por lo general tiene gran contenido lácteo (pizza, lasagnas o helados por varios dias consecutivos).
Síntomas de una alergia a la lactosa
Las principales manifestaciones pueden ser en los primeros meses de edad como dermatitis, eczema, dolor abdominal, distensión abdominal, flatulencias, vómitos y/o evacuaciones con manchas de sangre.
Sin embargo, en niños más grandes, pueden tener otras manifestaciones como urticaria, angioedema, o rinitis alérgica; e inclusive, ambos grupos de edad pueden llegar a presentar, reacciones graves, como en todas las alergias, conocidas como anafilaxia.
Lo importante es que la mayoría de los pacientes llegan a superar la alergia cuando tienen más edad. En promedio para cuando tengan entre 3 a 5 años, el 85% de los pacientes ha superado la alergia a la proteína de leche de vaca.
¿Tiene Tratamiento la intolerancia a la lactosa?
Lo primero es buscar ayuda de tu pediatra para determinar si es una alergia o intolerancia a la lactosa.
Para llegar a obtener tolerancia a la leche de vaca es importante mantener una dieta de restricción a la leche y sus derivados. Esto puede ser algo complicado ya que la leche y sus derivados está presente en muchos alimentos. Y para lactantes, uso de fórmulas extensamente hidrolizadas o elementales, en aquellos casos especiales.
Si su hijo(a) presenta algunos de los síntomas y los asocia con la ingesta de leche o productos derivados, debe notificar a su pediatra. Es importante iniciar el abordaje y a hacer el diagnóstico diferencial entre intolerancia y alergia a la lactosa. Luego poder ofrecerle un manejo y tratamiento adecuado para que así mejoren o desaparezcan sus síntomas.
Siempre consulta con tu pediatra.