La circuncisión es un procedimiento común en el que se extirpa quirúrgicamente la piel que cubre la punta del pene. Por lo general, se realiza en un niño recién nacido antes de que salga del hospital y, a menudo, durante los primeros 2 días de vida.
En la fe judía, se realiza en una ceremonia especial cuando el bebé tiene 8 días.
A pesar de la abundante literatura existente, muchos aspectos no están claros y la información difiere mucho según la fuente que leamos.
En este artículo nos enfocaremos en la circuncisión del recién nacido. La circuncisión del niño mayor se efectúa por razones médicas para resolver un problema de salud.
En la circuncisión se remueve la parte distal de la piel (prepucio) que cubre el pene, de manera que la punta del pene o glande queda descubierta y no bajo la piel.
Se lleva a cabo a solicitud de los padres, quienes deben haber tomado esa decisión, preferiblemente antes del nacimiento y después de haberlo consultado con su pediatra. Las familias deben sopesar los beneficios y los riesgos para la salud a la luz de sus propias preferencias personales y culturales.
Hay argumentos a favor y en contra. El «American Academy of Pediatrics» efectuó una reevaluación sobre este tema.
Concluyeron los siguiente: “Los beneficios preventivos en la salud de la circuncisión efectuada electivamente en los recién nacidos varones, superan los riesgos del procedimiento. Que los beneficios incluyen una disminución significativa de las infecciones urinarias en el primer año de vida, y subsecuentemente en el riesgo de la adquisición heterosexual de HIV y de otras enfermedades de trasmisión sexual”
“El procedimiento es bien tolerado cuando es efectuado por profesionales adiestrados, en condiciones estériles y con manejo apropiado del dolor. Las complicaciones son infrecuentes, la mayoría son menores y las importantes son raras. Efectuadas durante el periodo neonatal, tienen considerablemente menos complicaciones que si son efectuadas posteriormente en la vida.”
La mayor parte de las circuncisiones son efectuadas con la técnica de la campanita, en la cual el borde de piel donde se resecó queda atado a un anillo plástico hasta que aproximadamente a la semana esa piel que se ha “secado” se desprende en forma espontánea y se separa, dejando un borde ligeramente hinchado y rosado. En unos pocos días se deshincha y adquiere un aspecto saludable.
Quien efectúa la circuncisión debe instruir apropiadamente a los familiares sobre el cuidado que generalmente incluye la aplicación de un ungüento antibiótico hasta que sana totalmente.
En los niños que no son circuncidados no se debe retraer (“jalar”) el prepucio, pues esto lo lastimaría y podría causar que se cicatrizara en forma cerrada, requiriendo entonces una circuncisión posteriormente, casi siempre con anestesia general y en un salón de operaciones. La limpieza de estos tejidos jamás debe causar dolor o sangramiento.
Beneficios de la circuncisión en los recién nacidos
En el primer año de vida, un bebé circuncidado tiene menos probabilidades de contraer una infección del tracto urinario. Puede ser más fácil mantener limpio y sin infectar un pene circuncidado, aunque a los niños que no tienen circuncisiones se les puede enseñar a limpiar adecuadamente debajo del prepucio una vez que se vuelve retráctil (generalmente en la pubertad).
Más adelante en la vida, los estudios muestran que los hombres circuncidados también pueden tener un riesgo menor de desarrollar cáncer de pene (aunque la enfermedad es poco común). La circuncisión puede reducir el riesgo de contraer el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual (ETS) de una pareja femenina infectada.
Riesgos y complicaciones
La circuncisión se considera un procedimiento seguro con riesgos mínimos, si los hay. La mayoría de las veces, no hay complicaciones.
En raras ocasiones, las complicaciones pueden incluir:
- Infección: la infección es poco común porque los médicos utilizan técnicas estériles para realizar el procedimiento. La mayoría de las infecciones relacionadas con la circuncisión son leves y fáciles de tratar con antibióticos. Los signos de infección incluyen empeoramiento del enrojecimiento, pus, dolor e hinchazón alrededor de la incisión o fiebre. Si nota alguno de estos signos, llame al médico.
- Sangrado en el sitio: esto es más probable cuando el niño tiene un trastorno hemorrágico, por lo que es importante informar al médico sobre cualquier historial familiar de sangrado o problemas de coagulación. En muy raras ocasiones, se puede cortar un vaso sanguíneo pequeño durante el procedimiento. En la mayoría de los casos, este sangrado se detendrá por sí solo, pero ocasionalmente se requieren puntos de sutura.
- Riesgos asociados con la anestesia: la anestesia local es muy segura, pero a veces puede causar hematomas, sangrado o irritación de la piel. En raras ocasiones, puede causar ritmos cardíacos irregulares, problemas respiratorios, una reacción alérgica y, muy raras veces, la muerte. Estas complicaciones no son comunes y generalmente involucran a pacientes que tienen otros problemas médicos.
- Eliminación incompleta del prepucio: a veces queda demasiada piel. Esto se vuelve menos evidente a medida que el niño envejece. Ocasionalmente, si el exceso de piel es desigual, es posible que se requiera un procedimiento correctivo en una fecha posterior.
- Daño al pene: en casos raros, la cabeza del pene puede lesionarse durante una circuncisión. Sin embargo, las precauciones que toman los médicos casi siempre evitan que esto suceda.
Referencias
American Academy of Pediatrics Task Force on Circumcision. Male circumcision. Pediatrics. 2012;130(3):e756-85. PMID: 22926175 www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22926175.