Los cólicos son una afección frecuente en los lactantes. El cólico puede definirse como un llanto inconsolable durante más de tres horas al día, más de tres días a la semana, durante al menos tres semanas seguidas. La causa de los cólicos no siempre se conoce y no significa necesariamente que el bebé tenga un problema. Algunos bebés son más propensos a tener cólicos que otros, pero suelen desaparecer por sí solos a los 3 meses aproximadamente. Hay muchas cosas que se pueden hacer para ayudar a reducir los síntomas de los cólicos, pero hay muy pocas pruebas de que una cosa funcione mejor que otra. Lo más importante es hacer lo que funcione mejor para ti y para tu bebé.
Los cólicos son una afección frecuente en los bebés.
Los cólicos son un problema frecuente en los lactantes. Se calcula que 1 de cada 5 bebés llora durante horas, a menudo por la noche. Algunos también pueden tener diarrea y otros signos de cólico pueden ser hipo, regurgitación e irritabilidad.
No está claro qué causa los cólicos, pero podrían estar relacionados con la intolerancia a la lactosa o con alergias alimentarias (por ejemplo, alergia a la proteína de la leche de vaca). Los bebés alimentados con leche materna suelen presentar menos síntomas de cólicos que los alimentados con biberón, ya que la composición de la leche materna cambia a medida que el bebé crece, por lo que no le causa problemas digestivos.
La causa de los cólicos no siempre se conoce, y no significa que el bebé tenga necesariamente algún problema.
La causa de los cólicos no siempre se conoce, y no significa que el bebé tenga necesariamente un problema. Los cólicos pueden deberse a factores genéticos o ambientales. Incluso puede ser una combinación de ambos. No se conoce la causa exacta de los cólicos, pero se cree que algunos bebés son más sensibles a ciertas cosas que otros.
Los bebés con cólicos suelen tener ciertas características en común: nacieron a término (no prematuros), sanos y bien alimentados; no tienen problemas físicos visibles, como labio leporino o paladar hendido; no padecen estreñimiento; no parecen demasiado inquietos en otros momentos aparte de cuando se alimentan; lloran menos durante el sueño que otros bebés que no se consideran con cólicos…
Algunos bebés tienen más probabilidades de sufrir cólicos que otros.
Quizá te preguntes si tu bebé es más propenso a sufrir cólicos que otros. Es cierto que algunos bebés tienen más probabilidades de sufrir cólicos que otros. He aquí algunas cosas que debes saber sobre los factores de riesgo de los cólicos:
- Sexo: los cólicos son más frecuentes en los niños que en las niñas, y también en los primogénitos (en comparación con los hermanos que nacen más tarde).
- Antecedentes familiares: si uno o ambos progenitores han tenido cólicos del lactante, aumenta el riesgo de que el hijo actual también los padezca, sobre todo si la madre fue amamantada durante el embarazo.
Hay muchas cosas que se pueden hacer para ayudar a reducir los síntomas de los cólicos, pero hay muy pocas pruebas de que una cosa funcione mejor que otra.
No hay pruebas de que una cosa funcione mejor que otra. Algunas cosas que pueden ayudar son:
- Alimentar al bebé antes de salir de casa.
- Envolver al bebé en una manta.
- Dale al bebé un chupete y deja que lo chupe durante cinco minutos seguidos cuando estés fuera, luego quítaselo para que no se acostumbre a tenerlo todo el día y pueda aprender a calmarse sin depender de otra cosa (como el pecho).
Lo más importante es hacer lo que funcione mejor para ti y para tu bebé.
Lo más importante es hacer lo que funcione mejor para ti y para tu bebé. Pero si te sientes abrumada, no tengas miedo de pedir ayuda a otras personas.
- Escucha tus instintos. Si algo no te parece bien o no funciona, prueba otra cosa hasta que encuentres una solución que funcione para los dos. No hay una forma correcta o incorrecta, sólo lo que funciona mejor en cada situación.
- No te preocupes por lo que digan los demás; haz lo que sea mejor para ti y para tu bebé (o niños pequeños).
Habrás notado que tu bebé tiene gases después de comer ciertos alimentos.
Es posible que hayas notado que tu bebé tiene más gases después de comer determinados alimentos, como frutas y verduras. No es raro: algunos bebés tienen más gases que otros. Si te preocupa la cantidad de gases que tiene tu pequeño, ¡háblalo con tu médico!
La mejor forma de prevenir los gases excesivos en los bebés es introducir los sólidos de forma gradual a lo largo del tiempo (unos seis meses). Además, intenta darle raciones más pequeñas en cada comida y dale mucho líquido, sobre todo agua, para facilitar la descomposición de los alimentos en su sistema digestivo.
Algunos bebés con cólicos tienen diarrea. Otros signos de cólico pueden ser hipo, regurgitaciones e irritabilidad.
Algunos bebés con cólicos tienen diarrea. Otros signos de cólicos pueden ser hipo, regurgitaciones e irritabilidad.
Si a tu bebé le diagnostican gases y cólicos, puede que los siguientes consejos te ayuden:
- Prueba a masajear o mecer suavemente a tu bebé para calmarle. Esto también puede ayudar a prevenir el SMSL (síndrome de muerte súbita del lactante).
- No le des el biberón con demasiada frecuencia: puede tragarse demasiado aire y dolerle la barriguita cuando eructe. En su lugar, intenta darle el pecho cada 2 horas en lugar de cada 3 durante el día y cada 2 horas y media por la noche si es posible, ya que esto ayudará a prevenir la producción excesiva de gas en primer lugar, mientras que todavía le da a mamá un poco de tiempo libre de ser un chupete humano 24/7 😉
Para llevar: En el mercado existen productos estupendos para calmar la barriguita de tu bebé y ayudarte a dormir mejor por la noche.
En el mercado existen productos estupendos para calmar la barriguita de tu bebé y ayudarte a dormir mejor por la noche.
Es importante saber que algunos bebés son más propensos a los cólicos que otros, así que si crees que tu pequeño puede ser uno de ellos, puede ayudarte probar varias cosas antes de perder la esperanza. Lo más importante es hacer lo que funcione mejor para ti y para tu bebé.
La buena noticia es que los cólicos son un problema frecuente en los bebés: se calcula que uno de cada cinco bebés llora durante horas seguidas (a menudo por la noche), a menudo debido a gases o indigestión.
Ahora que ya sabes qué buscar, es hora de empezar a hacer cambios en la dieta de tu bebé. Recuerda que es aconsejable siempre visitar a tu pediatra para recibir ayuda idónea.